lunes, 27 de junio de 2011

ALIJA DEL INFANTADO – LA BAÑEZA

(LA UNIÓN DE ASOCIACIONES HACE CAMINO)

Las horas de sueño y descanso han sido escasas pero la obligación y la climatología imponían levantarse temprano. A las 07:00 horas nos poníamos a caminar sabiendo que restaban 22 kilómetros hasta La Bañeza, etapa que sólo presentaría como única dureza el calor que se preveía para la jornada. Desde el albergue tomamos la larguísima calle Real, coincidente con la carretera LE-114. Si el pueblo de Alija nos recibía a su entrada con la ermita de Ozaniego, de origen románico y cabecera del siglo XIII, antiguo poblado y en su día señorío dependiente del monasterio de San Payo de Santiago de Compostela, ahora nos despide con la del Santo Cristo de la Vera Cruz, también románica, y recordando los cuatro hospitales que aquí hubo con la Cruz del Peregrino en la cima de El Teso. Tras caminar algo más de dos kilómetros por el arcén de la carretera, y con la vista de la sierra del Teleno a poniente, a la altura del desvío hacia el pueblo La Nora abandonamos el asfalto y cruzamos el río Jamuz, que remontamos por su margen izquierda por una larga pista de casi once kilómetros que discurre paralela. Con la única compañía de los que se han dado cita a esta primera hora en la ribera del río en busca de cangrejos, avanzamos con buen paso, dejando al otro lado del Jamuz el pueblo de Genestacio de la Vega, para llegar en dos horas desde nuestra partida a Quintana del Marco. A esta primera hora los vecinos comienzan ya sus actividades y conversamos con los lugareños, que nos orientan hacia la iglesia de San Pedro, donde empotrada en su espadaña se conserva una imagen que se cree corresponde al emperador romano Marco Aurelio aunque la creencia popular siempre lo identificó con el santo patrón de la parroquia. Junto al templo aún se conserva el torreón del castillo-palacio de los Quiñones, familia ligada al Camino por la gesta que protagonizó Don Suero en el puente del Paso Honroso de Hospital de Órbigo. Retomamos de nuevo la senda junto al río, dejando a la izquierda Villanueva de Jamuz y su bonito castillo –construido también por los Quiñones en el siglo XV, ahora en mal estado de conservación–, sin entrar en él por quedar fuera la ruta. Las flechas indican continuar de frente y así lo hacemos, pero a unos pocos centenares de metros el camino desaparece por haberlo destruido las riadas, estando cortado por un gran socavón de varios metros de desnivel y prácticamente perdido al otro lado. Las malas perspectivas nos aconsejan regresar de nuevo hasta el cruce del puente sobre el Jamuz y tomar un camino de concentración parcelaria que se interna en el monte Castañón, que aunque no está señalizada es una opción más aconsejable que la de recorrer el último tramo de la etapa por el arcén de la carretera. Conociendo la dirección a seguir, cruzamos la vía del desaparecido ferrocarril de la Ruta de la Plata y pasamos bajo la autovía N-VI, para entrar en La Bañeza junto al circuito de Autocros siendo las 11:15 horas, esto es, poco más de cuatro desde que salimos de Alija del Infantado. A las 13:15 horas, y ya con los miembros de la Asociación de Ávila, fuimos recibidos en la Casa Consistorial por el alcalde de La Bañeza, D. José Miguel Palazuelo Martín, que nos dio la bienvenida a la localidad y fue testigo del traspaso del bordón; de nuevo lo recibió Raquel quien a continuación lo cedió a Paco, veterano peregrino que actuó como representante de la asociación jacobea Monte Urba. Tras unas palabras por parte del Sr. Alcalde y posterior sellado de las credenciales (también cada uno de los asistentes fuimos obsequiados con una caja de dulces típicos), guiados por Paco visitamos la iglesia de El Salvador y la ermita de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, donde se guardan distintas imágenes, cruces y pasos procesionales de la Semana Santa bañezana. A la conclusión de la visita el grupo nos dirigimos al céntrico restaurante “Industrial”, donde esperamos la llegada de D. Arturo, párroco de El Salvador y presidente de la Asociación Monte Urba, para iniciar la comida. Una vez finalizada, y dado que los abulenses tenían concertada una visita cultural en Astorga, los asistentes nos despedimos deseando que la experiencia de La Unión de Asociaciones hace Camino tenga su continuación con nuevos proyectos.
Cronista y fotos de Víctor Sierra Sánchez, peregrino zamorano

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