(Noticia aparecida en Diario de Avila_digital)
19/05/2009
Peregrinación
Peregrinación
Camino ecuestre a Santiago
Cuatro jinetes tembleños iniciaron la peregrinación a tierras gallegas el 10 de mayo. Lo hicieron a lomos de sus caballos y aprovechando la ruta sureste que pasa por tierras abulenses
Cuatro jinetes tembleños iniciaron la peregrinación a tierras gallegas el 10 de mayo. Lo hicieron a lomos de sus caballos y aprovechando la ruta sureste que pasa por tierras abulenses
Tres de los cuatro jinetes a lomos de sus caballos a su paso por Tordesillas
Isabel Camarero. Ávila.
EL buen tiempo en teoría comienza a acompañar y eso hace que numerosas personas con ganas de hacer el Camino de Santiago se animen a recorrerlo en estas fechas. No es de extrañar ver peregrinos por carreteras o caminos secundarios abulenses en estos días y de hecho por allí pasaron hace poco más de una semana un grupo de El Tiemblo, con la peculiaridad de que iban a lomos de sus caballos: son Juan, José Alberto, Raúl y Paco y junto a ellos sus equinos: Ya Sihr, Sirio, Leno y Olivo. Llevan ya nueve días de un recorrido que comenzó en la localidad tembleña, no en vano por ella pasa la ruta sureste del ‘Camino’ y quisieron aprovecharla. De El Tiemblo a Ávila, de ahí a Arévalo para pasar en una tercera jornada a tierras vallisoletanas y no sin antes perder a uno de sus caballos: Olivo, enfermo, y al perro que con ellos inició la andadura y al que le faltó la fuerza que da la costumbre. Así las cosas, quedó un jinete sin montura que se tuvo que acoplar en el coche de apoyo que acompañaba y aseguraba el recorrido de los peregrinos. Dos días eran mucho para un amante de los caballos que se había quedado en tierra y no pudo por más que hacer una parada y comprarse otro equino que le ayudara a terminar su propósito: con el nombre de Torres fue bautizado y con él volvió a la ruta que ansiaba, al galope. Una ruta que tras Arévalo les llevó a Tordesillas y de ahí a San Pedro Latarce, precisamente fue en esta cuarta jornada en la que se hicieron con el nuevo acompañante. En cualquier caso, el perder a uno de los caballos no fue el único problema con el que se han encontrado estos peregrinos al trote. Primero fue la lluvia torrencial la que daba el pistoletazo de salida a su aventura, también hubo días de buen tiempo y mejores paisajes, pero en la quinta jornada: de San Pedro Latarce a Benavente (Zamora) el frío y el aire también quisieron acompañar, lo que obligó a la comitiva a hacer noche en un hotel, sin los caballos, por supuesto. En todo este tiempo, eso sí, han contado con un colaborador necesario: la gente, las buenas gentes que siempre se suelen encontrar en algún momento del recorrido y que les consiguen viandas y alojamiento, aunque no sea el más cómodo imaginado, pues también en el trayecto el suelo de un salón parroquial hizo las veces de cama para unos fatigados peregrinos. Olivo, el caballo enfermo, no iba a ser la única baja porque después de una sexta etapa de Benavente a Santa María de Tera no exenta de problemas como la multa al coche de apoyo por exceso de velocidad y un error en el recorrido que les hizo desandar lo andado, llegó la séptima con la enfermedad del conductor del vehículo que les acompañaba. Fue en el trayecto hasta Mombuey, aún en tierras zamoranas, lugar en el que aprovecharon para herrar a sus caballos: «unos fenómenos» en esta experiencia única, tal y como relatan los protagonistas. Y es que esta aventura que ya ha dado con sus huesos en tierras gallegas está siendo contada día a día en el foro de la página web www.eltiembloenlared.com, una forera amiga es la que se encarga diariamente de contar el paso a paso de un camino plenamente abulense.
EL buen tiempo en teoría comienza a acompañar y eso hace que numerosas personas con ganas de hacer el Camino de Santiago se animen a recorrerlo en estas fechas. No es de extrañar ver peregrinos por carreteras o caminos secundarios abulenses en estos días y de hecho por allí pasaron hace poco más de una semana un grupo de El Tiemblo, con la peculiaridad de que iban a lomos de sus caballos: son Juan, José Alberto, Raúl y Paco y junto a ellos sus equinos: Ya Sihr, Sirio, Leno y Olivo. Llevan ya nueve días de un recorrido que comenzó en la localidad tembleña, no en vano por ella pasa la ruta sureste del ‘Camino’ y quisieron aprovecharla. De El Tiemblo a Ávila, de ahí a Arévalo para pasar en una tercera jornada a tierras vallisoletanas y no sin antes perder a uno de sus caballos: Olivo, enfermo, y al perro que con ellos inició la andadura y al que le faltó la fuerza que da la costumbre. Así las cosas, quedó un jinete sin montura que se tuvo que acoplar en el coche de apoyo que acompañaba y aseguraba el recorrido de los peregrinos. Dos días eran mucho para un amante de los caballos que se había quedado en tierra y no pudo por más que hacer una parada y comprarse otro equino que le ayudara a terminar su propósito: con el nombre de Torres fue bautizado y con él volvió a la ruta que ansiaba, al galope. Una ruta que tras Arévalo les llevó a Tordesillas y de ahí a San Pedro Latarce, precisamente fue en esta cuarta jornada en la que se hicieron con el nuevo acompañante. En cualquier caso, el perder a uno de los caballos no fue el único problema con el que se han encontrado estos peregrinos al trote. Primero fue la lluvia torrencial la que daba el pistoletazo de salida a su aventura, también hubo días de buen tiempo y mejores paisajes, pero en la quinta jornada: de San Pedro Latarce a Benavente (Zamora) el frío y el aire también quisieron acompañar, lo que obligó a la comitiva a hacer noche en un hotel, sin los caballos, por supuesto. En todo este tiempo, eso sí, han contado con un colaborador necesario: la gente, las buenas gentes que siempre se suelen encontrar en algún momento del recorrido y que les consiguen viandas y alojamiento, aunque no sea el más cómodo imaginado, pues también en el trayecto el suelo de un salón parroquial hizo las veces de cama para unos fatigados peregrinos. Olivo, el caballo enfermo, no iba a ser la única baja porque después de una sexta etapa de Benavente a Santa María de Tera no exenta de problemas como la multa al coche de apoyo por exceso de velocidad y un error en el recorrido que les hizo desandar lo andado, llegó la séptima con la enfermedad del conductor del vehículo que les acompañaba. Fue en el trayecto hasta Mombuey, aún en tierras zamoranas, lugar en el que aprovecharon para herrar a sus caballos: «unos fenómenos» en esta experiencia única, tal y como relatan los protagonistas. Y es que esta aventura que ya ha dado con sus huesos en tierras gallegas está siendo contada día a día en el foro de la página web www.eltiembloenlared.com, una forera amiga es la que se encarga diariamente de contar el paso a paso de un camino plenamente abulense.
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