PEREGRINOS
POR LOS “CAMINOS DE LA MÍSTICA”
Comunidad de Carmelitas de Medina |
Más de
medio centenar de peregrinos de nuestra asociación se reunían en el Monasterio
de las Madres Carmelitas de Medina del Campo, segunda fundación carmelitana de
Santa Teresa, para cumplir con uno de los objetivos marcados cual era la
lectura, como reflexión, de algún texto teresiano. Tras una breve y emotiva recepción
por parte de la comunidad, encabezada por las madres trasladadas desde el
Carmelo tordesillano hace unos años, se dio lectura al poema “Vivo sin vivir en
mi” seguido con atención por los que desearon permanecer en la iglesia. Desde allí
y siguiendo el recorrido del Camino del Sureste por las calles de Medina, en
esta ocasión en dirección opuesta, caminaron hasta la ermita de San Roque y
ante su pórtico se repitió una nueva lectura. En este punto se toma el autobús
que les trasladó hasta Tiñosillos (Ávila) done se realiza el avituallamiento.
Mientras se espera la llegada de los caminantes que habían salido desde
Arévalo, los dulzaineros “Aires de la Moraña” animaron la estancia y
posteriormente el recorrido por el callejero del pueblo, lo mismo que hicieron al paso por El
Bohodón, Villanueva de Gómez, Hernansancho y Gotarrendura.
Se inicia
el recorrido peatonal en la plaza de las Campanas, junto a la parroquial de
Ntra. Sra. del Rosario, y cual fiesta popular, con los bordones en alto y al
ritmo que marca la charanga se pasean por el pueblo hasta las afueras donde se
toma una pista de tierra perfectamente cuidada y un tanto blanda debido a las
lluvias de los días precedentes. Al fondo se dibuja la silueta de la iglesia
del Bohodón con una esbelta espadaña. En la plaza del ayuntamiento se da
lectura a un poema de César Vallejo poniendo voz la Presidenta de ACASSE-VA.
A
doscientos metros de la salida del Bohodón se deja un crucero muy sencillo a la
vera del camino y se continúa por una larga recta entre sembrados de cereales
en su pleno apogeo de verdor hasta llegar a Villanueva de Gómez. Con una
velocidad endiablada se recorren los tres kilómetros y medio que restan hasta
la localidad de Hernansancho. Junto al atrio de la iglesia de San Martín Obispo
se reflexiona en base a textos de los escritores André Frossard y Carmen
Laforet. Concluido el acto, la charanga se soltó con una jota popular, que
algunos de los andarines bailaron con el arte propio de las gentes de esta
tierra meseteña.
Gotarrendura
se encuentra a escasos cinco kilómetros, distancia que se recorre con todos muy
agrupados. La buena camaradería es patente entre los peregrinos que continúan
disfrutando de un día tan excelente para caminar. La hora prevista para arribar
a la localidad abulense se había marcado a las dos de la tarde y se cumplió con
creces. Con el alcalde de Gotarrendura a la cabeza, que venía caminando con el
grupo de Arévalo (30 km), se presentaron a la hora señalada en la plaza de
Santa Teresa de Jesús, donde se encuentra su coqueto ayuntamiento, entre los
aplausos de los caminantes procedentes de Ávila y Fontiveros que lo habían
hecho con anterioridad. Desde esta plaza y a primeras horas de la mañana habían
salido un centenar de ciclistas pertenecientes al Club Ciclista de Alba de
Tormes para recorrer los 82 kilómetros que separan ambas localidades
teresianas.
Los breves
discursos de los representantes de las diferentes asociaciones y del corregidor
loando la iniciativa y agradeciendo la masiva participación (unas trescientas
personas contabilizando los ciclistas) se pasó a degustar unas “patatas
revolconas” aderezadas con primor por los vecinos y que supieron a “gloria”
para reponerse de la caminata. A media tarde y tras visitar el “Palomar de
Santa Teresa” se dio por finalizada esta jornada jacobea “por los caminos de la
mística”.
Y una sorpresa. Antes de tomar el autobús de regreso, Celia, una de las pequeñas peregrinas que cumplía 6 años, obsequió con tarta de chucherías que deleitó el paladar de los acompañantes. Felicidades.
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