28-11-04
La publicidad de las rutas jacobeas madrileña y levantina han despertado el interés turístico de la ciudad abulense El 12% de las personas que van hasta Santiago utilizan vías alternativas a la tradicional, que parte de Roncesvalles
FERNANDO G. MURIEL/ARÉVALO
La masificación del Camino de Santiago Francés ha hecho que numerosos caminantes, en su peregrinaje a Compostela hayan pasado por Arévalo, ciudad abulense que tradicionalmente estaba fuera de las rutas jacobeas pero que con la publicidad de los caminos madrileño y levantino, junto al congreso de junio ha sido visitada por miles de personas que buscaban en Compostela su indulgencia.
Por Arévalo transcurren al menos dos de los innumerables itinerarios que recorren la Península Ibérica, arrancando desde numerosos puntos geográficos, bajo la antigua premisa, compartida por muchos amigos del Camino, de ahí que se conozca la frase de que «Todos los caminos llegan a Santiago». Los primeros peregrinos de la Edad Media, recorrían la distancia que separaba sus hogares de la meta compostelana por cañadas, veredas y todo tipo de vías. En la actualidad un 12% de los peregrinos que van a Santiago utilizan vías alternativas a la ruta tradicional de Roncesvalles. De ellos, el 5% elige los caminos del norte, mientras que la Vía de la Plata y el Camino de Madrid atraen a un uno por ciento cada uno.
Respecto a los caminos de Levante que parten desde el Mediterráneo, hay varios trazados, según la asociación promotora y el punto de partida. Así, los Amigos del Camino de la Comunidad Valenciana diseñaron la ruta a través de Ávila, Arévalo, Medina del Campo, Toro y Zamora, donde continúan hacia el norte por la Ruta de la Plata, ruta muy similar a la que recorren los alicantinos, sobre todo al llegar a la provincia abulense donde ambas confluyen en una misma vía.
Desde Alicante
Otro ramal es el llamado Matritense-Castellano, cuyo trazado comparte varios tramos con el Camino del Sureste, que parte de Alicante. Ambos entran en Castilla y León por el municipio segoviano de San Rafael y continúan, con algunas variaciones, de forma paralela a la autovía A-6 hasta Benavente, a lo largo de 300 kilómetros por las provincias de Segovia, Valladolid y Zamora.
Así pues, las flechas amarillas, las sirgas peregrinas y la hospitalidad de las gentes inundan casi por entero las tierras castellanas y leonesas, que este Año Jacobeo 2004 ven pasar a un auténtico ejército de caminantes que viajan, agotados e ilusionados, al encuentro del 'Campo de Estrellas', para dar término a su peregrinación con el cálido abrazo al Apóstol Santiago.
El grupo cultural Galicia en Madrid celebró el pasado mes de junio en Arévalo de un Congreso Internacional sobre el Camino de Santiago que estará centrado en la denominada Ruta Matritense-centro-castellano-norzamorana a Compostela y de la cual esta ciudad abulense forma parte. En él se trataron temas como la relación que tienen los santos venerados en los lugares de este camino jacobeo y la advocación de sus templos con la presencia de peregrinos que buscaban la Compostela.
Estas dos grandes rutas se nutren, a lo largo de su recorrido, de los caminantes que eligen otros itinerarios para llegar a Santiago. Estas sendas, de mayor o menor calado entre los peregrinos, se juntan con el Camino Francés o la Vía de la Plata en distintos municipios, y forman múltiples encrucijadas jacobeas; o bien parten de estas rutas para continuar el viaje por otros trazados que les guíen hasta la tumba del Apóstol.F. G. M. ARÉVALO Sin duda alguna Castilla y León, por su extensión y situación privilegiada respecto a Galicia, está surcada por al menos doce rutas jacobeas, en su mayoría señalizadas y preparadas con infraestructuras para el viajero y que, poco a poco, luchan ya no sólo por servir de itinerario hacia el Apóstol, sino también por promocionar la riqueza cultural, patrimonial y monumental de todos los municipios por los que atraviesan las sirgas peregrinas.
Ninguna otra comunidad española puede alardear de poseer una auténtica telaraña de caminos de Santiago, algunos naciendo y otros completamente afianzados, que distribuyen el paso peregrino por las nueve provincias y suman, entre las principales rutas, más de 2.400 kilómetros. A modo comparativo, uniendo todas estas rutas, se formaría un itinerario que permitiría llegar desde Santiago de Compostela hasta Nápoles, al sur de Italia.
Los caminos de Santiago recorren Castilla y León de norte a sur y de este a oeste. Entre los principales destaca, por tradición y afluencia de peregrinos, el Francés, que entra en la Comunidad por Redecilla del Camino (Burgos) y sale por La Laguna de Castilla (León), tras recorrer cuatrocientos kilómetros. Le sigue en importancia la Vía de la Plata, con trescientos kilómetros desde Puerto de Béjar, en el sur de Salamanca, y que entronca con el Francés en Astorga (León).
La publicidad de las rutas jacobeas madrileña y levantina han despertado el interés turístico de la ciudad abulense El 12% de las personas que van hasta Santiago utilizan vías alternativas a la tradicional, que parte de Roncesvalles
FERNANDO G. MURIEL/ARÉVALO
La masificación del Camino de Santiago Francés ha hecho que numerosos caminantes, en su peregrinaje a Compostela hayan pasado por Arévalo, ciudad abulense que tradicionalmente estaba fuera de las rutas jacobeas pero que con la publicidad de los caminos madrileño y levantino, junto al congreso de junio ha sido visitada por miles de personas que buscaban en Compostela su indulgencia.
Por Arévalo transcurren al menos dos de los innumerables itinerarios que recorren la Península Ibérica, arrancando desde numerosos puntos geográficos, bajo la antigua premisa, compartida por muchos amigos del Camino, de ahí que se conozca la frase de que «Todos los caminos llegan a Santiago». Los primeros peregrinos de la Edad Media, recorrían la distancia que separaba sus hogares de la meta compostelana por cañadas, veredas y todo tipo de vías. En la actualidad un 12% de los peregrinos que van a Santiago utilizan vías alternativas a la ruta tradicional de Roncesvalles. De ellos, el 5% elige los caminos del norte, mientras que la Vía de la Plata y el Camino de Madrid atraen a un uno por ciento cada uno.
Respecto a los caminos de Levante que parten desde el Mediterráneo, hay varios trazados, según la asociación promotora y el punto de partida. Así, los Amigos del Camino de la Comunidad Valenciana diseñaron la ruta a través de Ávila, Arévalo, Medina del Campo, Toro y Zamora, donde continúan hacia el norte por la Ruta de la Plata, ruta muy similar a la que recorren los alicantinos, sobre todo al llegar a la provincia abulense donde ambas confluyen en una misma vía.
Desde Alicante
Otro ramal es el llamado Matritense-Castellano, cuyo trazado comparte varios tramos con el Camino del Sureste, que parte de Alicante. Ambos entran en Castilla y León por el municipio segoviano de San Rafael y continúan, con algunas variaciones, de forma paralela a la autovía A-6 hasta Benavente, a lo largo de 300 kilómetros por las provincias de Segovia, Valladolid y Zamora.
Así pues, las flechas amarillas, las sirgas peregrinas y la hospitalidad de las gentes inundan casi por entero las tierras castellanas y leonesas, que este Año Jacobeo 2004 ven pasar a un auténtico ejército de caminantes que viajan, agotados e ilusionados, al encuentro del 'Campo de Estrellas', para dar término a su peregrinación con el cálido abrazo al Apóstol Santiago.
El grupo cultural Galicia en Madrid celebró el pasado mes de junio en Arévalo de un Congreso Internacional sobre el Camino de Santiago que estará centrado en la denominada Ruta Matritense-centro-castellano-norzamorana a Compostela y de la cual esta ciudad abulense forma parte. En él se trataron temas como la relación que tienen los santos venerados en los lugares de este camino jacobeo y la advocación de sus templos con la presencia de peregrinos que buscaban la Compostela.
Estas dos grandes rutas se nutren, a lo largo de su recorrido, de los caminantes que eligen otros itinerarios para llegar a Santiago. Estas sendas, de mayor o menor calado entre los peregrinos, se juntan con el Camino Francés o la Vía de la Plata en distintos municipios, y forman múltiples encrucijadas jacobeas; o bien parten de estas rutas para continuar el viaje por otros trazados que les guíen hasta la tumba del Apóstol.F. G. M. ARÉVALO Sin duda alguna Castilla y León, por su extensión y situación privilegiada respecto a Galicia, está surcada por al menos doce rutas jacobeas, en su mayoría señalizadas y preparadas con infraestructuras para el viajero y que, poco a poco, luchan ya no sólo por servir de itinerario hacia el Apóstol, sino también por promocionar la riqueza cultural, patrimonial y monumental de todos los municipios por los que atraviesan las sirgas peregrinas.
Ninguna otra comunidad española puede alardear de poseer una auténtica telaraña de caminos de Santiago, algunos naciendo y otros completamente afianzados, que distribuyen el paso peregrino por las nueve provincias y suman, entre las principales rutas, más de 2.400 kilómetros. A modo comparativo, uniendo todas estas rutas, se formaría un itinerario que permitiría llegar desde Santiago de Compostela hasta Nápoles, al sur de Italia.
Los caminos de Santiago recorren Castilla y León de norte a sur y de este a oeste. Entre los principales destaca, por tradición y afluencia de peregrinos, el Francés, que entra en la Comunidad por Redecilla del Camino (Burgos) y sale por La Laguna de Castilla (León), tras recorrer cuatrocientos kilómetros. Le sigue en importancia la Vía de la Plata, con trescientos kilómetros desde Puerto de Béjar, en el sur de Salamanca, y que entronca con el Francés en Astorga (León).
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