miércoles, 22 de octubre de 2014

ENTRE SAN MARTÍN DEL CAMINO Y RABANAL
Los peregrinos de ACASSE-VA esperaban con expectación esta marcha jacobea de fin de semana. No en vano había que recorrer 45 kilómetros en dos jornadas y con amenaza de lluvias intensas. A pesar de ello participaron un total de cuarenta y dos caminantes que quedaron muy satisfechos del desarrollo de la actividad.
Hubo que dar el sábado un fuerte madrugón para llegar a la localidad leonesa de  San Martín del Camino a la hora señalada para el inicio del recorrido que tras 20 kilómetros nos dejaría en San Justo de la Vega, a los pies de Astorga. Los primeros siete kilómetros, totalmente llanos, trascurrieron a través de un monótono andadero paralelo a la carretera que nos llevaría en una alargada fila hasta Hospital de Órbigo pasando por su encantador puente medieval. 
En esta localidad, que se cita en la novena etapa del Códex Calixtinus, se realizó el avituallamiento y está ubicado el maravilloso albergue San Miguel que nos acogería para la pernocta y el desayuno. 
Decir que este albergue se ha transformado en una auténtica pinacoteca con las obras que durante su estancia realizan los peregrinos (también nuestra joven peregrina hizo sus pinitos con una obra dedicada a Tordesillas en el Camino del Sureste).
A la salida de esta población el camino primitivo (hay una segunda opción que sigue la carretera) se dirige a través de Villares de Órbigo y Santibáñez de Valdeiglesias por un camino rompepiernas, muy duro, pedregoso y con abundantes toboganes que nos acercaría, con ciertas dificultades, al crucero de Santo Toribio. 
El grupo ya salió fraccionado desde Hospital y así continuó hasta san Justo de la Vega donde el autobús recogió a los peregrinos y los trasladó hasta el albergue. Sin tiempo que perder la comida se hizo en el restaurante los Ángeles en un amplio comedor. Mediada la tarde se realizó una visita a la ciudad de Astorga. Eran las 10 de la noche cuando el hospitalero pidió silencio, que la gente respetó, pues había que madrugar para la etapa siguiente.
Con las primeras luces del domingo se comenzó a caminar en San Justo de la Vega. En una hora se llegó hasta  Astorga que se cruza para tomar un andadero hasta Murias de Rechivaldo. A partir de aquí se formaron varios grupetos que a buen ritmo (la etapa era larga) avanzaban hacia Santa Catalina de Somoza donde se hizo una parada para “repostar” fuerzas en compañía de numerosísimos peregrinos en tránsito hacia Santiago. ¡No nos imaginábamos que en esta época el flujo de caminantes fuera tan intenso!
Era media mañana, el calor apretaba y restaban hasta Rabanal del Camino 11 km. Todos ellos se hacen siguiendo una senda recta al lado de una carreterilla sin tráfico y sin obstáculos reseñables. Parada en El Ganso para sellar la credencial en su albergue y a la salida se enlaza con la misma traza con suelo muy compacto, a veces contactando con el asfalto, que faltando un kilómetro se empina sobremanera a través de un rebollar. Avanzamos pegados a una valla rematada de cruces hechas con palos y con muchísimo cuidado de no tropezar con las raíces que afloran en el suelo. 
A unos cientos de metros de Rabanal, ya por la carretera, destaca a la izquierda los restos del mítico roble del peregrino derribado por el viento en noviembre de 2.013. 
Cuando llegaban las últimas unidades junto a la ermita de la Vera Cruz de la localidad maragata (fin de la novena etapa del Códex Calixtinus) una fina lluvia hizo acto de presencia lo que no impidió tomar un refrigerio en los bares del pueblo.

El retorno se hizo en autobús hasta Castrillo de los Polvazares donde degustamos un pantagruélico “cocido maragato” espléndidamente servido por los propietarios del mesón la Magdalena. Al atardecer se llega a Tordesillas con el grato recuerdo de un magnífico fin de semana en convivencia con buenos amigos. 



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