REBECA E IVÁN SIGUEN EN IBADAN
Nuestros comprometidos e intrépidos peregrinos siguen con plena dedicación ayudando a los "pobres de la tierra". Su viaje será fructífero e enriquecedor para ellos y , cómo no, también para nosotros cuando nos cuenten sus peripecias por tierras nigerianas en la próxima marcha proPUENTES a celebrar el 29 de octubre. Mientras, reflexionemos con algunos de los comentarios extraídos de su blog:
“Ibadan… Habíamos visto fotos, pero aun tenemos que asumir el hacinamiento, la insalubridad… que hemos visto. La ciudad es inmensa. Solo casas bajitas. Cualquier cosa sirve como pared, y como tejado nada mejor que una lámina de hojalata.”
“En el dispensario también hay un pequeño despacho de fisioterapia., así que parecía hecho a medida para los dos. Rebeca se ha ido con el médico y yo me he dedicado a intentar atender los problemillas que traían las ancianas. Ellas solo hablaban yoruba, así que hemos podido comunicarnos con ella gracias a dos interpretes. Y la realidad es que, entre ellas y nosotros hemos hecho lo que hemos podido. Realmente no es gran cosa lo que puedes hacer con una persona a la que no conoces, de la que tampoco conoces el entorno en que vive y con la que a duras penas puedes comunicarte. Pero todas ellas se han mostrado muy agradecidas, por cualquier cosa que las hicieras.”
“Abuh es un niño de 3 años que ha estado cuidado por su padre desde que su madre murió en el parto. Tiene quemaduras en gran parte de su cuerpo, incluida la boca, lo que le dificulta enormemente el comer. Además, tiene algún daño neurológico (parece que una hemiparesia derecha) … y ha pasado toda su vida encerrado en un cuarto desde que su padre se iba a trabajar por la mañana hasta que volvía a casa por la tarde. Y para colmo de males, ha aparecido con una herida espantosa en la cabeza, de no sabemos bien que.”
“Yo creo que ningún africano puede imaginar la vida sin pasión. Sin pasión por la vida les seria imposible levantarse por la mañana y pelear por cada día que tienen por delante, sin saber lo que les va a deparar el destino. Incertidumbre.”
“La fuerza de lo imprevisible puede ser la energía que mueve Africa muchas veces, aunque a veces también puede ser el lastre que impide que las cosas funcionen de forma razonable.”
“Lo que pasa es que la situación económica de la comunidad no es muy boyante y no es muy variada. A veces (y no pocas) pensamos en lo ricas que nos saben las ensaladitas con tomate, los bocadillos de jamón, las diversas frutas que encontramos en cualquier supermercado… Nos ha llamado mucho la atención que pensábamos encontrar una cierta variedad de frutas. Esta variedad se ha visto reducida a tener de vez en cuando plátanos y naranjas verdes.Esto hablando de la comida. También echamos de menos otras cosas, aunque eso ya es harina de otro costal.”
“Pero la imagen de esta mañana me ha hecho volverme un par de veces para asegurarme de que lo que veía era real. Era un hombre que iba a cuatro patas. Tenía alguna deformidad en sus piernas (probablemente seria un Sd. Postpolio, o algo parecido). Llevaba unas alpargatas en las manos y las rodillas protegidas con algo que podría ser unas rodilleras. Iba pidiendo por las ventanillas de los coches, aunque como iba a gatas ni siquiera llegaba a la altura de la ventanilla. Puede que ser africanos en Madrid sea un pecado, pero debe ser de los pecadillos que te confiesas y ya está. Porque el pecado de ser africano, discapacitado y vivir en Ibadan es de los gordos, de los que te llevan directo al infierno.”
“Hemos comido auténticamente “a la europea”, con café italiano y todo. Es muy agradecer la hospitalidad de esta familia, pero si os digo la verdad, me está costando mucho escribir este artículo hoy porque creo que no he asimilado el contraste entre estas realidades. Se me agolpan muchas preguntas que no puedo escribir, ni siquiera ordenarlas en mi cabeza.”
“En el dispensario también hay un pequeño despacho de fisioterapia., así que parecía hecho a medida para los dos. Rebeca se ha ido con el médico y yo me he dedicado a intentar atender los problemillas que traían las ancianas. Ellas solo hablaban yoruba, así que hemos podido comunicarnos con ella gracias a dos interpretes. Y la realidad es que, entre ellas y nosotros hemos hecho lo que hemos podido. Realmente no es gran cosa lo que puedes hacer con una persona a la que no conoces, de la que tampoco conoces el entorno en que vive y con la que a duras penas puedes comunicarte. Pero todas ellas se han mostrado muy agradecidas, por cualquier cosa que las hicieras.”
“Abuh es un niño de 3 años que ha estado cuidado por su padre desde que su madre murió en el parto. Tiene quemaduras en gran parte de su cuerpo, incluida la boca, lo que le dificulta enormemente el comer. Además, tiene algún daño neurológico (parece que una hemiparesia derecha) … y ha pasado toda su vida encerrado en un cuarto desde que su padre se iba a trabajar por la mañana hasta que volvía a casa por la tarde. Y para colmo de males, ha aparecido con una herida espantosa en la cabeza, de no sabemos bien que.”
“Yo creo que ningún africano puede imaginar la vida sin pasión. Sin pasión por la vida les seria imposible levantarse por la mañana y pelear por cada día que tienen por delante, sin saber lo que les va a deparar el destino. Incertidumbre.”
“La fuerza de lo imprevisible puede ser la energía que mueve Africa muchas veces, aunque a veces también puede ser el lastre que impide que las cosas funcionen de forma razonable.”
“Lo que pasa es que la situación económica de la comunidad no es muy boyante y no es muy variada. A veces (y no pocas) pensamos en lo ricas que nos saben las ensaladitas con tomate, los bocadillos de jamón, las diversas frutas que encontramos en cualquier supermercado… Nos ha llamado mucho la atención que pensábamos encontrar una cierta variedad de frutas. Esta variedad se ha visto reducida a tener de vez en cuando plátanos y naranjas verdes.Esto hablando de la comida. También echamos de menos otras cosas, aunque eso ya es harina de otro costal.”
“Pero la imagen de esta mañana me ha hecho volverme un par de veces para asegurarme de que lo que veía era real. Era un hombre que iba a cuatro patas. Tenía alguna deformidad en sus piernas (probablemente seria un Sd. Postpolio, o algo parecido). Llevaba unas alpargatas en las manos y las rodillas protegidas con algo que podría ser unas rodilleras. Iba pidiendo por las ventanillas de los coches, aunque como iba a gatas ni siquiera llegaba a la altura de la ventanilla. Puede que ser africanos en Madrid sea un pecado, pero debe ser de los pecadillos que te confiesas y ya está. Porque el pecado de ser africano, discapacitado y vivir en Ibadan es de los gordos, de los que te llevan directo al infierno.”
“Hemos comido auténticamente “a la europea”, con café italiano y todo. Es muy agradecer la hospitalidad de esta familia, pero si os digo la verdad, me está costando mucho escribir este artículo hoy porque creo que no he asimilado el contraste entre estas realidades. Se me agolpan muchas preguntas que no puedo escribir, ni siquiera ordenarlas en mi cabeza.”
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