sábado, 12 de diciembre de 2009

EL EMBRUJO DE LA LINEA RECTA
04.12.09 - 01:16 -
JAVIER PRIETO

La provincia de Valladolid ofrece dos rutas del Camino de
Santiago más tranquilas que el abarrotado Camino Francés


Más información: Asociación Jacobea Vallisoletana: 678 318 188. www.jacova.es; Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago en Medina de Rioseco: 605 041 394; Asociación del Camino de Santiago del Sureste en Valladolid: 669 474 348. elcaminodelevanteporvalladolid.blogspot.com

RINCONES DEL VALLADOLID JACOBEO
Pinares. El Camino desde Madrid entra en la provincia desde la localidad segoviana de Villeguillo. Alcazarén es la primera localidad en la que se detiene. Antes, el peregrino atraviesa 15 kilómetros densamente poblados por pinares. Tiene así la oportunidad de transitar por el interior de uno de los ecosistemas más representativos del sur provincial.
Ermita de Sieteiglesias. Antes de llegar a Valdestillas, la ermita de Sieteiglesias se localiza en el punto de confluencia de los ríos Eresma y Adaja, en un lugar donde hubo ocupación prehistórica. Un puente romano permite salvar el Adaja.
Simancas. Esta localidad atesora una densa historia que se apuntala en su puente sobre el Pisuerga, el Archivo y la iglesia del Salvador. Dada la cercanía a la capital, muchos peregrinos no dudan en desviarse al menos, hasta su iglesia de Santiago.
Los Torozos. La comarca vallisoletana, caracterizada por un paisaje de llanuras mesetarias, se atraviesa de parte a parte. Entre caminos rectilíneos se hilvanan poblaciones como Ciguñuela, Wamba, Peñaflor de Hornija o el monasterio de la Santa Espina.
Medina de Rioseco. Su patrimonio monumental es apabullante. Además, el templo de Santiago es parada obligada para el peregrino que se dirige a Compostela.
Tierra de Campos. De nuevo llanuras y caminos rectos. Pero con alicientes tan inolvidables como el del Canal de Castilla. Y poblaciones como Cuenca de Campos, Villalón o Santervás.
Camino de Santiago del Sureste. Llega desde Alicante, Albacete, Toledo, Madrid y Ávila, y atraviesa la provincia de Valladolid a lo largo de 100 kilómetros. El primer enclave vallisoletano al que llega es el despoblado de Honquilana. Atraviesa localidades con una densidad monumental tan notable como Medina del Campo y Tordesillas, pero también otras más pequeñas de indudable interés, como Rueda o Mota del Marqués.

EL EMBRUJO DE LA LINEA RECTA
Querer es poder: en eso se resume el ansia de quienes, desde que la tumba del apóstol Santiago fue descubierta en lo más profundo del bosque de Libredón (en el año 820), sienten la llamada del más allá y con sus bártulos a cuestas deciden acercarse hasta allí y postrarse ante los restos del que fue uno de los discípulos de Jesús con más carisma.
Aquellas honduras del bosque de Libredón son hoy el lugar más sagrado de la catedral de Compostela. Y, lejos de apagarse la llamada interior que hace que millones de personas la visiten cada año, ésta sigue creciendo hasta la desmesura. Tanto, que hay quien avisa de que el camino más tradicional de peregrinación a Santiago, el Francés, estará al borde del colapso el próximo 2010. No por la anchura del paso, aunque en algunos puntos haya que pedir permiso para adelantar al que marcha delante, pero sí, por ejemplo, por la colas en las duchas de los albergues o en la misma puerta de la calle para conseguir una cama donde pasar la noche: si no se ha madrugado lo suficiente, lo normal es que los albergues se completen a primera hora de la mañana, motivo por el cual muchos baten récords de madrugón emprendiendo las etapas a mitad de la noche.
Cada vez más peregrinos vuelven a casa con el desencanto de haber participado en una carrera por etapas en el que la recompensa es llegar a tiempo para dormir en colchoneta o disfrutar del agua caliente antes de que se acabe. Estos inconvenientes, que cada vez pesan más en quienes se aventuran a atravesar a pie media península con el anhelo de realizar un auténtico viaje hacia el interior de uno mismo, son una de las principales bazas para estimular el viaje hacia Santiago, pero por derroteros bien distintos. Y hay muchos y muy estimulantes. En realidad, y ateniéndose al sentido estricto de lo que es una peregrinación, hay tantos como los que parten de la casa de cada cual. Porque en el pasado, el viaje a Compostela no comenzaba por obligación en Roncesvalles.
Dos de las incorporaciones más recientes a la red de caminos señalizados que conducen hasta Santiago son el Camino desde Madrid y el Camino del Sureste. Ambos comparten trazado a su paso por la provincia de Valladolid. Y dado que ambos se encuentran aún en fase de consolidación como vías de peregrinación asistidas con flechas y albergues, prometen las dosis de aventura y soledad que ya es imposible encontrar en el Camino Francés. Y también de solidaridad con el peregrino: las gentes de los pueblos que atraviesan todavía ven al peregrino como alguien empeñado en un reto personal o espiritual que despierta la simpatía suficiente como para hacerle una tortilla o un invitarle a un café. Si en el pasado eso era lo normal también en el Camino Francés, ni por asomo pasa ya entre la marabunta que corre por él cuando es Año Santo.
Por eso, ambas opciones se presentan con el atractivo de lo recién estrenado, de los caminos aún por describir. Incluso de los albergues por inaugurar: quien se aventure el año próximo por estos dos itinerarios encontrará un lugar donde quedarse prácticamente en cada localidad por la que pase. Y muchos, muchos kilómetros por delante de caminos rectilíneos, pueblos anclados en el horizonte y paisajes despejados.

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