Se llama Maite y como el anterior caminante venía de Murcia, más concretamente de Yecla.
Comenzó el camino con una amiga, pero al llegar a Mota del Marqués y a Villardefrades, ya iba ella sola, su compañera habia tenido que desistir, al no aguantar más los dolores de la tendinitis que afectaban a su pierna.
Nuestra Maite, ni corta ni perezosa no se lo pensó dos veces y siguió en solitario la ruta.
Ante los atónitos ojos de los que la esperábamos en Villardefrades, se justificaba diciendo que estaba acostumbrada a hacer deporte y que no se sentía sola por que estaba siendo muy bien atendida por la gente de estos pueblos nuestros, nosotros asentíamos con la cabeza al tiempo que la mirábamos como si fuera una Ulises de nuestro mar de campos.
Quedamos con ella en que la subiríamos a nuestro blog y así lo hacemos.
Estamos seguros de que completó tu itinerario puntualmente y con la sonrisa en los labios. Desde aquí la mandamos un besazo y un reconocimiento por su arrojo aventurero.
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